Marco creció en una familia de clase media, tiene una hermana y dos padres bastante cariñosos y trabajadores, se podría decir que su único error fue malcriar a sus dos hijos, por su parte Marco se convirtió en un tipo bastante seguro de sí mismo, a pesar de no ser extremadamente conversador, si no más bien tener una actitud bastante seria y hostil, excepto cuando debe ser lo contrario, normalmente es el que toma el liderazgo en cualquier situación, además es sumamente competitivo, cualidad que canaliza a través de ejercicio físico, el cual moldea su cuerpo y cada músculo durante años; su personalidad varonil es acompañada con un cuerpo fenomenal, 1,86 c m, con piel blanca pero un poco bronceada y una cara de niño inocente con dos ojos negros brillantes, acompañado de un cabello y barbas negras, tiene grandes brazos y muslos, espalda ancha y un prominente trasero, todo armado con un pene que erecto lograba alcanzar los 17 cm, pero que incluso flácido se conserva bastante grueso.
Una vez terminada su carrera como administrador de empresas fue puesto en un cargo bastante bueno por un contacto de su padre, es una oficina de seguros en la que el comienza a desempeñarse como supervisor a pesar de no tener experiencia previa, pero por su personalidad organizada y astuta puede desenvolverse exitosamente, pronto ya domina todos los procesos y a las personas a su cargo, quienes lo ven como un jefe bastante serio pero poco flexible, pues pide el 100% de todos. Conformen van pasando los años se va haciendo cada vez más profesional y comprometido, siempre apuntando a una gerencia, pronto se gana el respeto de sus superiores y logra hacerse cierto renombre en su rubro; sin embargo hay algo que entorpece su legado, ya habían habido dos ocasiones en que lo acusan de acoso laboral, pero eso se había quedad corto, pues prácticamente todas las mujeres en la oficina habían sido víctimas al menos en una ocasión de este pervertido. Cada vez que llegaba una nueva ejecutiva era lo mismo, primero se hacían amigos y de un momento a otro el hombre se aprovechaba de su posición de poder para manosear y decirle cosas inapropiadas a sus empleadas; entre sus fechorías podemos ver desde agarradas de nalgas y tetas “sin querer”, prometer mejores cargos a cambio de sexo, chantajes, manipulaciones, incluso una vez le dio una buena palmada en la vagina a la conserje, pero lejos de disculparse se fue riendo. Por suerte no todas habían sido igual de pacientes, para la segunda vez que fue acusado, también se llevo otro castigo, la tetona lesbiana morena a la cual se le acercó por detrás mientras trabajaba en su computadora no se quedó petrificada cuando este macho le masajeó ambas tetas por detrás, sino que se volteó rápidamente en su silla, se levantó y con una metódica patada derribó al hombre, el pie impactó fuertemente contra el bulto que se formaba en la entrepierna del traje agua marina que suele usar Marco, su cara de niño bueno rápidamente cambió a una expresión de dolor agudo, se agarró sus bolas y se arrodilló ahí durante más de 15 minutos, casi sin poder respirar, mientras varias compañeras se reían de él en el pasillo de al lado. La lesbiana aprovechó de ir a recursos humanos y denunciarlo, pero todo salió al revés, pues la que salió de la empresa despedida fue ella, mientras él conservo su cargo como si nada.
Marco incluso se regodea con sus amigos de su suerte y hace chistes sobre todas estas situaciones, en su mente los hombres son superiores, no hay dudas sobre eso, las mujeres deberían respetar los impulsos sexuales de los machos y ser completamente sumisas. si esperaban que el trato de este varón fuera igual para con los homosexuales, están en lo correcto, de hecho puede que incluso los odie aún más, esto lo comprueba el día que entra a trabajar un chico afeminado en la oficina; cuando este nuevo empleado aparece por primera vez, casi no lo puede creer, llega con las uñas pintadas, un pantalón muy ajustado y hace movimientos exageradamente delicados, como si fuera una chica, incluso lleva el cabello largo aunque recogido en un moño, esto es demasiado para el homofóbico hombre, quien corre hacia recursos humanos a averiguar qué está sucediendo.
-Lo siento Marco, sabes que quisiera ayudarte, pero este chico es igual que tú, llegó recomendado por el gerente general y no puedo echarlo, mucho menos por como luce – le dice el anciano al alto hombre.
-Lo que faltaba, maricas en la oficina, cada día vamos peor – dice en voz baja y se retira, decidido a tomar las riendas del asunto por sí mismo.
…
Jesús siempre ha sido muy pacífico, desde chico fue extremadamente miedoso, por lo cual es de los que aprendió a soportar el acoso sin defenderse, básicamente era del que todos se burlaban en el colegio, además de que su cuerpo no ayuda, es exageradamente flaco y pequeño, casi en los huesos, muy pálido, su cabello es rubio y usa anteojos bastante grandes, ese casi siempre fue su estilo, solo que de adolescente también añadió algún que otro toque femenino en su vestuario, desde tops y pantalones ajustados, hasta maquillaje y cinturones de colores, es feliz así, y se aseguró de rodearse con un grupo de amigos que lo aceptaran, incluyendo a su mejor amiga Laila, quien incluso logra conseguirle un puesto en una importante tienda de seguros gracias a que su padre es uno de los accionistas, así que con muchos nervios va a su primer trabajo real tras graduarse como informático, no es muy difícil, solo tiene que asegurarse de que el sistema de la empresa se mantenga en marcha, lo cual logra sin mucho esfuerzo, el verdadero reto es soportar a Marco, el guapo supervisor operacional, aunque al principio le excitaron los juegos del macho con él, pronto se dio cuenta de que no iba a parar, pero el día de la violación fue demasiado, tras llorar por horas en el baño, decide vengarse, cosa que ya tenía pensada desde hacía tiempo, fue muy fácil hackear el sistema de seguridad de la empresa, lo difícil fue durante días recuperar escenas de acoso de este tipo, pero al menos una vez al año habían ciertos momentos en la sala de reuniones o en las oficinas, más que todo en la noche, donde el hombre no se percataba de las cámaras, la guinda del pastel fue la cámara que oculto en la oficina de Marco un día tarde en la noche, pues sospechaba que lo que había pasado hoy, seguiría sucediendo, y así fue a penas dos días después ya tenía grabado la violación de su supervisor hacia su persona, finalmente la tercera vez que pasó fue la última.
Cuando el supervisor llama a Jesús para que chequee su computador completamente funcional se encuentra vestido con su traje azul marino favorito que le queda demasiado ajustado, lo lleva acompañado de una corbata roja y zapatos formales café, sus musculosos muslos terminan en un sobresaliente bulto en el medio de sus piernas del cual emana un olor a virilidad; cuando el flacuchento chico de sistemas se pone al frente revisando su computador y siente la mano en sus nalgas, decide actuar, con una precisión calculada se voltea y sube su pierna varios centímetros, solo para luego dejarla caer en esas bolas ocultas detrás del formal traje, el pie aplasta los delicados testículos del macho contra el asiento fuertemente, Marco pone una expresión de dolor entrecerrando los ojos e intenta levantarse, pero el dolor es demasiado y cae nuevamente contra la silla, Jesús continúa aplastando esos huevos aplicando diferentes niveles de presión con el mismo pie, también lo levanta y lo vuelve a bajar, el gran hombre ahora está siendo sometido por el debilucho.
-AAAAAAAH! MALDITO DÉJAME EN PAZ, pagarás por esto AY AY – dice entre gemidos Marco.
-No lo creo – comenta de repente Jesús, quien deja de mover el pie pero lo mantiene ahí pisándole los testículos – mira lo que tengo – dice mientras saca su celular y pone un video en la cara de Marco – es una recopilación de las decenas de veces que tocaste indebidamente a alguien o cosas peores.
Marco observa con sus ojos brillantes el video sin poder creerlo, y cuando termina, otra pisada de bulto lo saca de su letargo.
-Así que te aconsejo que te aguantes todo, a menos que quieras ir a la cárcel – avisa sonriendo Jesús, le da una bofetada al hombre y lo mira retadoramente, luego de unos minutos de silencio lo mira y le responde.
-Está bien, haz lo que quieras, pero por favor no muestres eso a nadie – dice mirando hacia sus genitales, a penas termina de decir estas palabras Jesús retira el pie, dejando ver la marca de sucio de su zapato en la entrepierna del macho, entonces le saca la corbata de su cuello y amarra sus brazos a la silla con ellos, dejándolo ahí atado con las piernas abiertas sentado, con una agilidad fuera de lo común causada por su excitación, Jesús se agacha y comienza a lanzar puñetazos hacia el bulto como si fuera una pera de boxeo, el pantalón azul marino ajustado se deforma ante los puños que le revienta los huevos, el hombre grita así que el chico debe taparle su boca con un pañuelo que tiene en el bolsillo, solo para proseguir con la paliza, cuando se aburre de los puñetazos, procede a apretarle con su mano las bolas, y las hala hacia sí mismo, el tipo levanta sus caderas lo más que puede, pero la corbata no lo deja terminar de pararse, Jesús mira emocionado como es tan débil de esos órganos, con sus dos manos comienza entonces a estrujar ambos testículos fuertemente, reventándolos en sus dedos, incluso se atreve a darle algunas palmadas, Marco ya se encuentra llorando, avergonzado de encontrarse en esta situación.
Toma una tijera en la mesa con la cual corta las telas del pantalón poco a poco, luego las termina de romper con sus manos dejando a la vista ese enorme pene flácido, comienza a chuparlo sensualmente, mientras el hombre sigue llorando, al principio no se para, pero cuando Jesús introduce un dedo por debajo a través del hoyo del macho y toca su sensible próstata, el miembro se erecta completamente, con sus ahora moradas bolas colgando debajo, el chico sigue succionando por unos minutos, hasta que finalmente muerde con fuerza el falo, Marco se para con tal fuerza por el dolor que termina rompiendo la corbata y liberándose, pero ya de nada sirve, pues solo puede tirarse al suelo cubriéndose sus genitales , mientras un dolor de estómago lo hace vomitar ahí mismo.
-Que esto te enseñe, no te vuelvas a meter conmigo o muestro este video a todos – le dice Jesús que se va sonriendo, sabiendo que a partir de hoy, cada vez que pase al lado del homofóbico macho en un pasillo, recibirá una buena palmada en sus bolas.
Una historia muy bonita
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