La habitación de Alejandro es bastante simple, las paredes de cemento están pintadas de un verde manzana bastante brillante, el techo es blanco y de él cuelga una lámpara con tres focos amarillos que apuntan a diferente dirección, uno de ellos enfoca hacia la pequeña ventana que ahora se encuentra oculta detrás de una roída cortina de color marrón oscuro; otro de los focos apunta hacia la cómoda de madera que funciona a la vez como guardarropa, escritorio y además como retocador pues tiene un espejo encima, algunas de las gavetas están abiertas y de una de ellas cuelga la mitad de un buzo gris deportivo y de otra un par de medias; el último foco se encuentra recto hacia abajo y su luz es emitida en línea recta hacia la cama de tamaño individual que se encuentra justo debajo, ahora mismo hay dos personas en esa cama, una pareja de hombres de similar edad quienes están envueltos en un beso apasionado mientras sus cuerpos sudados se tocan tan juntos que pareciera que sus pieles se fundirá
Historias en español sobre hombres pervertidos que disfrutan de partir las bolas de otros, abusar de ellos y dejarlos en su lugar. Historias muy morbosas no aptas para personas sensibles.