El salón se encuentra repleto de personas que acuden a presenciar el desenlace final de aquel controvertido caso que tiene en velo a la población, nunca se había escuchado de asesinatos similares y con tanto grado de sadismo en esa localidad, como era de esperarse los titulares de toda la semana se vieron adornados con las distintas palabras con la que se describe a Luis, o como ahora lo llaman el destroza bolas. Este particular hombre se queda sentado impasible escuchando como lo describen los acusantes como un monstruo sin remordimientos que se enorgullece de sus crímenes y además presenta importantes signos de perversión; A primera vista parece simplemente un muchacho de 27 años, con su piel muy blanca, ojos y cabellos oscuros casi negros, unos labios carnosos, brazos y piernas definidas pero sin llegar a ser musculosas, se encuentra vestido con una braga anaranjada que cubre su cuerpo lleno de tatuajes, hay pocas partes de su cuerpo que no se encuentran enmarcadas con tinta; su mirada está perdida mientras se habla en su contra, todos en la sala asumen que debe estar preocupado, pero nada más lejos de la verdad, en realidad está concentrado en el bulto del abogado que da su discurso, pues se marca suculentamente en el pantalòn beige que utiliza, imaginando toda clase de morbosidades, hasta que la voz del juez lo despierta, le habìa preguntado alguna tonterìa, es ahì cuando Luis voltea la cara del miembro viril y observa al anciano encima del estrado.
-Responda la pregunta, ¿estaba o no usted en ese parque a las 11:00 pm ese día?
Luis se queda viendo al juez y sonríe metódicamente – no su señorìa, ese día me fui a mi casa a dormir como suelo hacerlo – mira cínicamente al estrado, y entonces recuerda la primera vez que sucumbió a sus deseos más profundos.
Tenía 22 años cuando iba caminando del trabajo a su casa, había sido una noche perfectamente normal, oía música de sus audífonos caminando por la avenida principal que llevaba a su casa, no tenía ningún interés en particular hasta que observo los ojos verdes que lo miraban de vuelta, el vagabundo debía tener unos 35 años, era un hombre alto y bronceado, su cuerpo era algo delgado pero todavía conservaba sus músculos de algún pasado diferente, caminaba por la calle borracho y entonces vio al joven apuesto que caminaba decidido, el vagabundo se le queda viendo y entonces descubre su mirada, lleva una chaqueta azul eléctrico y unos shorts que le había regalado hacía años que dejaban ver sus piernas definidas que terminaban en unos sexys muslos, le quedaba algo corto, por lo cual su paquete se asomaba protuberante, ambos hombres se miran por algunos segundos hasta que Luis se devuelve y saluda al sujeto; unos minutos después se encontraban en un estacionamiento tocándose los genitales, el vagabundo tenía totalmente erecto su miembro, besaba el cuello del muchacho seductoramente, hasta que este le propuso ir a un parque cercano, caminan hacia allá con el hombre todavía tocando las nalgas del joven, una vez allí se acuestan en el pasto y se tocan sensualmente, pronto el vagabundo tenía su moreno pene de 22 cm al aire libre mientas su compañero lo pajea lentamente, entonces se coloca encima del hombre y lo mira a los ojos, el tipo se da cuenta de lo que sucede unos instantes antes pero ya es muy tarde, la rodilla de Luis pronto comienza a impactar fuertemente contra sus genitales apestosos, los testículos se aplasta dolorosamente y el pobre intenta zafarse, pero la cólera del joven es tal que es imposible de detener, uno tras otro los golpes terminan destruyendo los huevos del desesperado mendigo , luego de eso Luis se levanta asustado y sale corriendo, dejando alli al pobre hombre, quien sangra internamente desde su entrepierna, hasta que fallece allí acostado con sus bolas destrozadas.
Luis suelta una carcajada allí en silencio, su propio abogado lo mira retadoramente, y entonces se levanta a ofrecer su defensa, pero el criminal no lo escucha ya, sigue sumergido en sus pensamientos sádicos con un orgullo perturbador. Mientras comentan que sufre de enfermedades mentales y debe ser recluido sigue acordándose de las bolas morenas que aplastó por primera vez y que lo iniciaron en su fetiche de ballbusting., lo único que se arrepentía es de no haberse quedado viendo morir al tipo.
-No contento con eso, el acusado siguió en sus fechorías, victimizando no solo a uno, sino a dos caballeros – menciona el abogado con el gran bulto.
-Estaban borrachos e indefensos, ¿Qué hubieran hecho ustedes? - grita Luis ante la mirada juzgadora de los presentes.
...
Era verdad, luego de su iniciación en el mundo del sadismo, solo en eso podía pensar; comienza a ver videos extraños en internet sobre cbt, encerrado en su cuarto aprende a masturbarse exclusivamente con videos de tortura. Pareciese que nadie se hubiera percatado del incidente con el vagabundo, o por lo menos fue así en ese entonces, piensa que se ha salido con la suya, así que decide volver al ruedo. Empieza a ir al parque seguidamente durante las próximas semanas, se escapa de su casa donde vive con su familia, compra una latas de cerveza y se sienta en una banca a esperar el momento adecuado, durante unos días no conoce a nadie, pero una noche un gran hombre negro se acerca a él y comienzan a charlar, este hombre no parece tan desaliñado, es solo un poco gordo y tiene una sonrisa fácil, así que pronto se hacen amigos, noche tras noche Luis se va a juntar con su nuevo amigo al parque, poco a poco lo va conociendo, al principió piensa que puede ser una potencial víctima, pronto se da cuenta de que el negro se enamoró de él, pues hacía comentarios indecentes disfrazados como broma, Luis se hace el despistado, puesto que no confía de todo en el hombre, además le perturbaba que es amigo de varios indigentes de la zona, usualmente saluda a un viejo con una barba poblada y sucia que camina constantemente por allí y se les queda viendo a los dos con una mirada extraña; pero un día después Luis se llena de valor y decide hacerle un oral allí sentado en la banca, el pene del negro es de tamaño promedio, 16 cm, y cuando Luis se lo mete en la boca este se retuerce de la satisfacción, entonces el joven se da cuenta de que el indigete anciano con la barba sucia los mira desde detrás de un árbol, desde lejos puede observar que se está corriendo una paja, y no solo eso, su miembro es gordo y grande como nunca había visto antes, esto excita al muchacho que se traga el pene que tiene en la boca como si fuera un profesional, cubriéndolo con saliva, pero entonces tal era su calentura que en un momento lo muerde en el glande, el negro grita ahogadamente un segundo, pero para sorpresa de Luis, lo deja continuar, aún cuando este le lastima sus genitales con sus dientes, incluso cuando le muerde ese par de bolas moradas como si fueran una manzana, lo que hace al negro gritar.
Tres noches después Luis camina de nuevo al parque en medio de la oscuridad, pasa por entre los árboles que ya conoce y se sienta en la banca, se queda allí a esperar a su macho, cuando se da cuenta de algo interesante, allí en un camino entre la vegetación hay una carpa verde que antes no estaba, está vieja y roida, piensa en acercarse a ver, pero entonces la carpa se abre por dentro, de allí sale un chico extremadamente sexy, no es muy alto, tiene la cara muy masculina, con un mentón algo redondo, cabello castaño y piel morena, pero lo más exitantes es su ropa, lleva una vieja polera negra muy ajustada y un buzo gris que debe ser al menos dos tallas menor, le queda extremadamente ajustado, y lo mejor es que tanto su bulto como su trasero son muy gruesos, llenan el pantalón deportivo muy bien, incluso se le mete un poco la tela en la raja, el chico se agacha a recoger algo del suelo y apunta con su culo a Luis, quien babeando se le queda observando atónito, hasta que el negro Ramón llega por detrás y lo sorprende.
-¿Qué miras? - le pregunta-
-¿Ves lo que yo veo?, esto es una señal del universo – menciona el chico con una voz perdida.
-Así que te gusta el nuevo chico eh?, lleva aquí tres días, ven, te lo presentaré – le dice Ramón.
-Vamos, y escucha Ramón, tienes que ayudarme y hacer todo lo que te pida esta noche ¿vale? - menciona Luis mirando desde lejos al chico al lado de la carpa que se fuma un cigarro mientras se ajusta el paquete.
…
-El acusado es un peligro para la sociedad, su psicopatía es amplia, si no hubiéramos descubiertos sus actos a tiempo, ¿Quién sabe cuántas víctimas mortales hubieran habido?, ataca incautos porque son olvidables, nadie iba a preguntar, pero este criminal nunca se imaginó que el joven vagabundo que se quedó en esa carpa aquella noche era hijo de la diputada Amanda, si no hubiera sido un personaje público este hombre habría seguido impune buscando víctimas, así que o lo condenan como es debido, o pronto tendremos un problema público. - dice el grandote abogado con el apretado bulto decididamente.
Luis se queda viéndolo con ojos de
odio, con ganas de meterle un puñetazo en la entrepierna, voltea la
cara al otro lado y ve al jurado quienes lo observan con rabia,
parece que todo está perdido.
Amaro siempre fue un niño problema, desde que cumplió 13 años había empezado a ser un vago, fumaba marihuana y se alcoholizaba constantemente, sus calificaciones comenzaron a decaer, pero los problemas en su escuela y en su casa no hacen si no aumentar, el apuesto muchacho discute durante años con su madre, quien desesperada busca ayuda con psicólogos que no resuelven nada, el muchacho es un caso perdido, y lo que es peor son sus juntas, solo anda con maleantes y drogadictos que le hicieron normalizar esa vida, para sus 18 ya se había fugado de casa varias veces y había caído preso en dos ocasiones, pero la noche en que su madre lo encontró inyectándose heroína fue demasiado para ella.
-No voy a aguantar esto, vete de esta casa ahora mismo – le grita la desesperada mujer
-Ya era hora vieja de mierda, nunca más quiero ver tu asquerosa cara – le contesta el muchacho, quien en 10 minutos hace su maleta y huye de su hogar, lo que no sabía es que sería a ser la última vez que se hablaban.
…
Luis y Ramón se acercan al chico con varias latas de cerveza en sus manos, Luis hace un esfuerzo para no mirar los marcados testículos del muchacho en ese buzo gris oloroso, desde hace tres días es lo único que usa.
-Bienvenido al barrio – le dice Luis con una sonrisa - ¿quieres compartir unas chelas?-
-Buena hermano, pero claro que sí – le responde Amaro con sus brillantes ojos negros.
Los tres hombres charlan durante varias horas afuera de la carpa, comparten historias de vivencias y ahí es cuando Luis descubre que Amaro ha llevado una vida muy difícil hasta ahora, a pesar de tener dinero, su padre murió cuando era joven y su madre lo maltrataba psicológicamente, le costaba mucho hacer amigos así que básicamente se junta con malas clases, tenía un fuerte problema con las drogas y habla desanimado de la vida, como si supiera que nunca fuera a lograr nada, Luis trata de mantenerle el hilo a la conversación pero en realidad no le importa nada de esto, así que deja que Ramón sea el que le de las condolencias cada vez que cuenta alguna calamidad de su vida; cerveza tras cerveza los hombres se emborrachan cada vez más, el mendigo de la barba poblada había llegado de la nada y los veía escondido detrás de un árbol.
Cuando ya Amaro no se puede ni levantar sin caerse, es cuando comienza su calvario, Luis se da cuenta de que ya es momento y le pide al chico que le pase una cerveza, pero cuando este se voltea y se agacha para tomarla, apuntando con su ajustado culo a pervertido, este levanta la pierna chocando contra los testículos del chico por detrás, deformando el buzo gris y aplástandole los huevos contra su pelvis, el chico cierra los ojos y muestra los dientes, lentamente se dobla y toma sus adoloridos testículos sin saber bien qué sucede.
-Ahora Ramón – le grita Luis.
El negro con todas sus fuerzas empuja al chico adentro de la carpa, lo voltea y lo toma por los brazos poniéndolo acostado encima de el, impidiendo que se siga sujetando los testículos, Luis entra a toda prisa y toma los pies del chico poniéndolos en posición de V, el buzo se corre hacia abajo dejando ver sus tobillos y pantorrillas, entonces un pie cae en el bulto aplastándolo, y así seguidamente pisa el miembro del chico quien llora y grita, pero nadie lo escucha; luego de un rato Luis le pide a ramón que voltee de nuevo al chico, así lo hace, cuando el trasero del chico está visible Luis pone su cara encima de él, lo huele por un rato con cara de éxtasis, luego mueve su mano y toma los lastimados testículos que ya están el doble de grandes de lo que eran, entonces empieza a apretarlos fuertemente, primero el izquierdo y luego el derecho, los siente, son pequeñas canicas de carne que se achican ante la fuerza de los dedos, Amaro llora y piensa en su madre, quisiera poder estar a salvo en su casa; Ramón lo vuelve a voltear y Luis le huele de nuevo la entrepierna, esta vez el pene, se ríe y comienza a darle puñetazos a través del buzo gris justo en sus partes, pasan así casi 10 minutos, hasta que el chico se desmaya del dolor, solo allí Luis se detiene y ve su obra, le dice a Ramón que es momento de irse, así hacen ambos hombres, abren la carpa y se retiran corriendo hacia la noche. Amaro queda allí tirado durante unos minutos todavía con signos vitales, pero entonces el viejo vagabundo con la barba sucia se mete dentro de la tienda y observa la escena, pero lejos de ayudar, se agacha, voltea al joven de nuevo y le baja el buzo, dejando ver un culo moreno bastante carnoso, el indigente se baja sus propios pantalones dejando ver un falo de 23 cm y comienza a violar repetidamente al joven inconsciente desgarrándole el ano hasta matarlo.
-Viendo los acontecimientos y el grado del crimen, este jurado a determinado que el acusado es culpable de violación y asesinato, debe ser condenado.
Todos en el salón aplauden, mientras Luis se queda allí sentado con una duda en su cabeza ¿quién se violó al chico?
Excelente historia, seria interesante ver una continuación de esta donde a Luis le golpeen las bolas en la carcel
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