Cris es un hombre muy riguroso y además
valiente, desde pequeño siempre ha tenido un comportamiento
ejemplar, es ordenado y constante en todo lo que hace, por lo cual
cuando cumplió 18 años no dudo en enlistarse en el ejército, pues
cumplía el perfil necesario, no solamente en su comportamiento sino
además en su aspecto; es bastante alto, mide 1,90 metros, tiene unos
brazos y piernas extremadamente musculosos, su piel es muy blanca, y
su cabello rubio con un corte serio, ojos azules, rostro guapo con la
quijada cuadrada; su culo y bultos son protuberantes, han levantado
más de una mirada en ese uniforme militar ajustado que acompaña con
una gorra y unos botines negros muy gruesos. Conforme va experimentando su vida dentro de la milicia se afianza aún más su
personalidad conservadora, para él las tradiciones son primordiales,
y además tiene una obsesión con defender los valores occidentales
ante cualquier amenaza, así que cuando su general pregunta quienes
se unían a una misión de gran peligro en el medio oriente en contra
de un grupo terrorista, él es uno de los primeros en firmar, para
cuando llega el momento de partir, Cris tiene recién 30
años y se encuentra lleno de sueños.

El avión los lleva a
un alejada parte de Afganistán donde él junto con otros miembros
del pelotón crean una base bastante simple pero que fueron mejorando
con el pasar de los días, entre tiendas y trincheras pasa sus días
junto con sus compañeros, ejercitándose, planeando ataques a las
sedes terroristas y estudiando nuevas tácticas de defensa. Grandes
hombres vestidos de militar caminan de aquí para allá con sus
olorosos uniformes, algunos sin camiseta, jugando entre ellos y
bebiendo mucho alcohol, mientras la amenaza de un enemigo se siente en el aíre. Cris es uno de los más entregados en los
entrenamientos, pero además se lleva bien con sus compañeros, es
muy querido; constantemente piensa en su esposa e hija, ahora a
kilómetros de distancia, pero ellas están felices sabiendo que el
hombre de la casa está defendiendo la patria, él es una especie de
héroe en su vecindario, siempre ayudando a todos y con una vida
ejemplar.

Pero la tranquilidad llega a su fin un horrible
día de marzo, bajo un sol inclemente que había atormentado a los
milicos por días, casi todos andaban sin camisa puesta y sudando a
chorros cuando sucedió, un grupo de extremistas armados hasta los
dientes invade el campamento, al menos 50 hombres vestidos con abayas
blancas transparentes, turbantes y largas barbas toman el campamento,
del cual ningún soldado pudo prever a tiempo el ataque ni escapar;
los terroristas parecían ser muy entrenados, pues ninguno perdió
ante un solo hombre del ejército, sus túnicas blancas eran muy
delgadas, así que sus grandes miembros se veían transparentados por
el sudor, en cambio, los pesados pantalones ajustados de militar
fueron una desventaja, pues los hacían más lentos; un alto árabe
muy moreno sorprende a un general blanco con el cabello negro al
patearlo directamente en sus bolas, su entrepierna se aplasta en
contra del pie, causándole un dolor terrible al macho, que se cae en
posición fetal vencido; un joven extremista es tan ágil que esquiva
los golpes de varios soldados, y con un rifle en mano, empieza a
disparar directamente a los genitales de sus adversarios, no falla ni
una bala y pronto se encuentra rodeado de un grupo de hombres
sangrando desde su ingle, gritando desesperados; el más grande de
los miembros del ejército es un abominable mastodonte de dos metros
de altura, muy grueso y peludo, golpea en la cara a 3 grandes
terroristas noqueándolos, pero justo cuando parece que va a escapar,
aparecen tres pequeños hombres de la nada, entre dos le sujetan los
pies al gordo militar y el tercero de ellos da un experimentado
apretón de huevos al tipo, sujetando con su pequeña mano el
testículo izquierdo, apretándolo tan fuerte que se revienta en su
mano, el hombre cae desmayado a los pocos segundos.



Cuando la
batalla finaliza hay algunos sobrevivientes que son atados y llevados
dentro de la carpa más grande, pero en cambio a Cris se lo llevan
los tres extremistas a él solo para otra; los tres machos son de una
altura similar, más pequeños que el rubio soldado, tienen piel muy
morena y una barba larga, gruesa y enmarañada, usan túnica y
turbantes, dos de ellos blancos, dejando ver sus paquetes
balanceándose de aquí para allá, y el otro, que parece ser el
líder usa una ropa negra, pero en su entrepierna se observa una
prominente elevación, Cris adivina correctamente que el hombre tiene
una erección.
Cuando entran inmediatamente empujan al
rehén contra una mesa, su torso queda acostada sobre esta, pero su
ano y piernas quedan verticalmente tocando el suelo, los tres árabes
rodean al rubio y lo amarran, luego al frente de su cara se le para
con las piernas abiertas uno de ellos con su túnica blanca
transparente, el soldado mira de frente un gran pene de color marrón
que comienza a levantarse, entonces el tipo se levanta la abaya y
rápidamente introduce su pene en la boca del soldado, atragantándolo
hasta que salen lágrimas de sus ojos; por detrás el otro radical
vestido de blanco le baja los pantalones, dejando salir un olor a
testosterona y culo que impregna la habitación, los testículos
rosados del hombre caen libres y se quedan allí guindando, mientras
el afgano se escupe dos dedos y los introduce sin ningún tipo de
piedad en el recto del militar, quien grita desgarradoramente
mientras es violado, las yemas de los dedos chocan contra la próstata
del hombre hiriéndolo internamente, sigue introduciendo cada vez más
dedos hasta que finalmente mete todo el puño, desgarrando las
paredes anales del sujeto, quien llora sin control desde sus ojos
azules, una vez retirado el puño, el violador se sube la túnica
mostrando un pene gordo y moreno totalmente erecto, que acerca hacia
el hoyo de su víctima y lo introduce ferozmente contra el ano,
durante todo este tiempo el otro árabe seguía dándole por la boca
a Cris, nunca se detuvo.

Entonces el hombre con la túnica
negra saca su celular de un compartimiento y comienza a grabar su
cara mientras transmite en vivo:
-”Estas son las
consecuencias de enfrentarse a nosotros, a todos los ejércitos del
mundo les doy una muestra de nuestras acciones en contra de enemigos”-
dice y voltea la cámara hacia el trío, los dos morenos árabes han
convertido al héroe en una perra sumisa, su boca y ano son
penetrados por igual, mientras llora mirando a la cámara suplicante.


Entonces el hombre se acerca con su
cámara y se pone atrás de las piernas de Cris, el violador se
detiene para darle espacio a su jefe, este se pone en la misma
posición donde estaba el otro, pero en vez de penetrarlo, comienza a
patearlo repetidamente en sus colgantes testículos, mientras la
cámara apunta directamente a ellos, mostrando una sesión de
ballbusting en tiempo real, luego de varias patadas, el hombre toma
con su mano libre los colgantes huevos y los aprieta fuertemente,
también los retuerce y hala en todas direcciones, los desfigura y
golpea, Cris grita atormentado por un dolor más allá de lo
soportable, la tortura dura casi media hora, para cuando termina, el
hombre está semi inconsciente; los terroristas lo desamarran y lo
ponen de pie, pero este se cae, entonces entre dos lo ayudan a
levantarse y lo llevan en sus hombros con los demás.
En la otra carpa, todos los militares
que habían sobrevivido estaban amarrados con cadenas en el centro,
rodeados de terroristas que les gritaban e insultaban; Cris es pasado
por entre ellos y es amarrado junto a los demás, entonces
el hombre con la túnica negra que sigue grabando grita ante la
cámara: MUERTE A LOS INFIELES, entonces otro extremista vestido con
túnica blanca transparente se acerca con un sable al primer militar,
un negro con mirada de ira totalmente desnudo, el radical acerca su
arma al miembro de este y limpiamente corta sus genitales que caen al
suelo ante victoreos, así va sucesivamente cortando penes y
testículos a estos valientes héroes que van muriendo desangrados
uno a uno ahora sin bolas.
El último en la fila es Cris, quien
lucha con sus últimas fuerzas, cuando el hombre con la túnica se le
acerca, el militar sube su rodilla, aplastando los huevos del macho
fuertemente, este se arrodilla inmediatamente con un dolor increíble
en sus partes, pero entonces levanta la cabeza encolerizado mirando a
Cris, y desde allí abre su mandíbula mordiendo el miembro del rubio
militar con sus dientes, desgarrando la carne ante los gritos del
macho, y como un animal saca de raíz con una mordida las inflamadas
bolas.
buena historia, con ansias de mas historias, saludos
ResponderEliminarExcelente historia la calidad del relato nos lleva al momento que describes de una forma impresionante y claro que si gustarian mas relatos como este donde los soldados fueran torturados y castrados
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