La vida de Rubén se puede dividir en dos partes; la primera es su infancia y juventud, creció rodeado de violencia y abusos, primeramente por parte de su padre, quien desde pequeños golpea tanto a su madre como a él, en ocasiones incluso lo había tocado indebidamente, pero lamentablemente es el que trae el dinero a su hogar así que no habían podido deshacerse de él. Además de eso, Rubén también ha sufrido bullying desde siempre de sus compañeros, un montón de flaites machitos que se metían con él por ser tímido y callado, algo terrible para ser en la población en la que creció. Por último, luego de salir del liceo justo cuando pensaba que todo iba a mejorar, se topa con Harry, el jefe de la oficina donde consiguió trabajo atendiendo llamadas de ayuda técnica para computadoras, un tipo humillante y engreído con mucho dinero. Todos ellos hacían sentir como la mierda al joven muchacho de 25 años; La segunda parte de su vida empezó el día después de una extraña noche.
Tras un sueño muy perturbador con luces, colores y sonidos Rubén se despierta en medio de su cama sudando a gotas, se propone a levantarse por un vaso con agua cuando casi se desmaya del miedo, un horrible demonio lo observa desde unos metros más lejos, un ser grande, de al menos dos metros de estatura, con una cara similar a la de un animal con dos colmillos que le salen de su boca además de unos cuernos color blanco; el cuerpo del gigante monstruo era extremadamente musculoso, con dos pectorales de color rojo muy apretados y unos abdominales exageradamente marcados, su entrepierna estaba descubierta y de allí sobresalía un gigantesco pene de 30 centímetros con dos bolas muy protuberantes justo arriba de dos piernotas muy gruesas. El diablo se rio grotescamente y entonces le dijo a Rubén: -No temas, muchacho, te conozco desde siempre, tu mente pervertida es un gran don que te di, y ahora te otorgaré otros dos: a partir de ahora podrás leer y controlar los pensamientos de las personas, pero solamente si logras derribarme, dijo el demonio parándosele al frente al hombre con sus piernas bien abiertas y sus brazos cruzados retadoramente, Rubén se quedó unos segundos pasmado, pero rápidamente retrocedió un poco su pie y lo levantó fuertemente en contra de los redondos huevos del monstruo, que se aplanaron dolorosamente, el gigante soltó un gruñido y se arrodilló sobándose la entrepierna, entonces miro a Rubén y le sonrió – no esperaba menos de ti, le dijo y desapareció.
A la mañana siguiente se levantó y
procedió a averiguar si todo había sido solo un sueño, cuando salió
de su habitación a la cocina se encontró con su padre, un cuarentón
muy alto y solo un poco gordo, con piel morena y una cara de señor
maduro muy atractiva, con cabello y barbas castaño oscuro y algunas
canas y arrugas en su frente. Ese día estaba casi desnudo, solo con
unos calzoncillos blancos muy ajustados que traslucían sus peludos y
gruesos miembro y testículos, estaba sentado con las piernas
abiertas leyendo el periódico y tomando desayuno, Rubén se
queda callado y entonces comenzó a oír la mente del hombre -este
bastardo presidente no soluciona nada en este país, y hablando de
inútiles viene este maricón de mi hijo- piensa mientras observa
acercarse al joven, intenta decirle algo pero entonces se da cuenta
de que no puede hablar, su cuerpo también está inmóvil,
inconscientemente deja el periódico a un lado y se queda allí con
su cuerpo y entrepiernas indefensas.
El hijo levanta el pie y pisa los testículos de su padre contra la silla, sigue por un rato moviendo el pie de arriba hacia abajo y a los lados retorciendo el oloroso miembro viril que le dio la vida, su padre no puede hacer nada pero sufre en silencio -Por Dios que está pasando, no puedo aguantar, mis testículos aaaaah! - grita para sí mismo el maduro ante la mirada divertida de Rubén. Cuando se aburre obliga al cuarentón a tomar una taza de café caliente que se estaba tomando a su lado y se la vierte en su entrepierna, el líquido quema sus ya rojos huevos y ahora se transluce totalmente el miembro a través de la ropa interior blanca, finalmente obliga al hombre a levantarse y tomar el cuchillo con sus manos -Por favor, no lo hagas hijo, detente – alcanza a decir el padre casi llorando, pero es inútil, el muchacho le responde -es lo menos que te mereces por lo que nos has hecho. Entonces lo obliga a bajar sus manos y el cuchillo se entierra en su órgano reproductor, sigue apuñalándose a sí mismo en toda su entrepierna, perforándose el pene, los testículos y hasta el peroné, antes de caer muerto y desangrado.
Sale de su casa y camina por su barrio, se propone a ir a vengarse también de su jefe, corre a la avenida para tomar un taxi, en el camino ve a una pareja de la que sabe que el tipo le está siendo infiel, y con sus poderes obliga a la chica a darle un rodillazo en sus bolas; también ve a uno de sus vecinos que le gusta y hace que le muestre el pene desde lejos. Cuando está casi por llegar a su destino, se encuentra con Tomás, Alvin y Pepe, los tres imbéciles que desde siempre lo han acosado, se encuentran todos sentados en una plaza fumando marihuana, Tomás y Alvin son muy parecidos, altos, blancos y con el cabello negro, ese día llevan buzos ajustados, el de Tomás es gris y el de Alvín es azul marino parecido al que usan los porteros; por su parte Pepe es moreno y grueso, su cabello es castaño oscuro y ese día usa una polera negra con unos shorts que le quedan muy pequeños y dejan ver sus piernas torneadas, seguramente es su pijama. Al verlo correr los flaites empiezan a burlarse de él a lo lejos -¿Vas a ver a tu novio? - le comenta Pepe. Entonces Rubén decide hacer algo.
Sale de la patrulla, camina firmemente a través de las oficinas, ve a un compañero que le cae mal y aprovecha para darle un rodillazo en sus bolas. Cuando entra a la oficina de Harry observa al alto rubio con barba vestido con su acostumbrado traje negro muy ajustado que deja ver su bulto muy marcado, el hombre levanta la vista de su escritorio y ve a Rubén. -¿Qué demonios haces aquí?, vete a trabajar ahora- le grita el hombre, pero Rubén sigue caminando hacia él mirándolo fijamente- ¿No me escuchaste imbécil? - dice el rubio levantándose, apuntando con su paquete hacia Rubén.
Cuando el chico está justo al frente
de él lo fuerza a rodear el escritorio, entonces Harry comprende que
algo no está bien, no puede manejar su cuerpo -¿Qué clase de
brujería me ha hecho este cabrón? - medita asustado, entonces sigue
dando pasos hasta que esta en medio de la sala y se acuesta en el
suelo, Rubén se acerca más y pisa al hombre por todo su cuerpo,
camina a través de sus piernas, paquete y abdomen, incluso le pone
sus sucios zapatos en la cara y lo obliga a lamerlos, luego se baja y
rodea al tipo, se le pone de pie justo encima y empieza a soltar
fuertes patadas en los testículos de su jefe – AAAAAAH ALGUIEN
DETÉNGALO- pensaba Harry, pero no emitía ningún sonido, la tortura
continuó por varios minutos ante las frases esporádicas de Rubén:
-Maldito -esto es lo que mereces, -Ya no te crees superior ahora
verdad- le decía mientras seguía pateando y pisando el bulto del
hombre en traje, luego se agacha y le baja los pantalones, un rosado
pene de tamaño promedio se deja ver, Rubén se acerca y le muerde el
glande, luego los testículos, que ya están morados, después de eso
se vuelve a levantar y los termina de aplastar con sus pies contra el
frío suelo, hasta que las gónadas del macho revientan dejando un
rastro de mucha sangre.
Una historia muy, muy, muy maravillosa. 👍🏻
ResponderEliminar👍🏻👍🏻👍🏻
Eliminar