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¿Quién no le ha querido hacer esto a su jefe?

Daniel había llegado hacía solo pocas semanas a su nuevo empleo, pero pronto se dio cuenta de que no iba a ser un lugar agradable, en la tienda no habría mucho que hacer durante el día, sino fuera por Gregory, el encargado del local quien también lleva poco tiempo desempeñando sus funciones. Gegory tiene 30 años, mide 1.89 cm, es muy delgado, sus extremidades son largas, tiene poco trasero, casi no se nota en sus blue jeans, es muy pálido, aunque es bastante atractivo de cara, con barba y cabellos desordenados, ojos negros brillantes y una nariz más bien grande. En sí no es un mal chico, pero por ser el nuero del dueño del mini market, siempre quiere todo perfecto a toda hora, para él una pelusa en el piso es totalmente injustificada, lo peor es cuando viene a visitarlo su suegro, ahí se pone a gritarles a todos, mandarlos a hacer cosas totalmente innecesarias y un poco humillantes, por ejemplo, limpiar las líneas de las baldosas del suelo del baño, quitarle el sucio de años a los estantes por debajo, y muchas otras tonterías.



Daniel es mucho más bajo que su jefe, tiene 25 años, mide solo 1.72 cm, es muy moreno, con un pecho y espalda anchas, cara muy seria, ojos y cabello negros y un culo pequeño, su personalidad es extremadamente tranquila, casi nunca habla, y trata de hacer lo mejor que puede, solo que ese tipo de actitud es perfecta para que se aprovechen de él, nunca le dice nada a Gregory cuando este se pone intenso, en parte por respeto, en parte porque se llevan bien cuando el alto joven está de buen humor, igualmente es una persona energética, así que cualquier trabajo lo hacía rápidamente. Sucede que conforme van pasando los meses, el insoportable jefe se va volviendo más y más degradante, las largas charlas que mantenía con los empleados van disminuyendo, al igual que los chistes, pero los regaños van en aumento, y la forma de decir las cosas son cada vez más desagradables.




-¿Qué hace esta lata aquí?- grita como si todos fueran sordos

-¿Por qué no haces bien tu trabajo, me estás tomando el pelo? - dice despectivamente

-Para la próxima no te la vuelvo a pasar – avisa ante cualquier pequeño desliz.


Ya todos comentan que está un poco desquiciado, pero Daniel es el único que lo defiende, él entiende que a veces cuando uno está a cargo del personal, se requiere dejar de lado el sentimentalismo y la amabilidad, así que lo soporta lo mejor que puede, pero esto solo provoca que Gregory se afiance más con su mal trato hacia el moreno joven, hasta el punto de hostigarlo y amenazarlo con despedirlo en repetidas ocasiones, así pasan algunas semanas más hasta que el mismo Daniel se cansa de ser gritado y vivir en constante tensión, esa tarde decide que ya no le va a pasar ni una falta de respeto más, así le tocara buscar otro empleo, y vaya que lo necesitaría.


A la mañana siguiente, por casualidades de la vida, a Daniel se le hizo tarde por un accidente de tránsito que detuvo el tráfico por varios minutos, corrió desde la parada de buses a todo lo que sus definidas piernas le permitían, pero aún así, se le hizo tarde, llegó casi una hora después de lo que debía, jadeando y a punto de desmayarse, Gregory lo esperaba de pie en la entrada con cara de pocos amigos.


-¿Cómo es que llegas a esta hora? He tenido que arreglar todo yo – le grita el alto jefe sin ni siquiera dejarlo pasar por la puerta – sabes que hoy eres el único en turno de la mañana.


-Disculpe jefe, ha habido un accidente y yo... - responde impresionado el muchacho, tratando de conservar la calma.


-No quiero escuchar tus malditas excusas, toma un taxi, para algo te pagamos, vente antes, pero necesito que llegues a la hora – le dice fuera de sí Gregory, golpeando con el dedo en el pecho de Daniel.


-Oiga no me gusta el trato que me está dando – dijo muy seriamente el empleado, manoteando con fuerza el dedo de su jefe para alejar su mano de su pecho.


-No me toques, ¿o quieres quedarte sin laburo? - sonríe Gregory arrogantemente.




Un puño cruza el aire enterrándose en la entrepierna del alto macho quien hace un segundo sonreía victoriosamente, los testículos del hombre se aplastan contra sus muslos y este se dobla cubriéndose sus partes nobles con las manos, el blue jean que llevaba no pudo contener la fuerza del puño. Daniel lo empuja y su jefe cae hacia atrás, golpeándose la cabeza, lo que lo obliga a subir sus manos, movimiento que aprovecha el pequeño chico para pisar con sus botas deportivas la entrepierna del larguirucho, mientras con sus manos toma las tetillas del delgado hombre, se las aprieta y hala su torso desde ellas hacia sí mismo, chocando su frente con la del hombre en el suelo, este cae de nuevo, mientras Daniel continúa pisando sus testículos, luego se agacha, rompe con sus manos la camisa azul de Gregory, lo golpea en su abdomen repetidas veces y luego le da un puñetazo en la cara.


Gregory está desecho, todo le da vueltas en su cabeza, solo puede ver al moreno encima de él dándole una golpiza, mientras pisaba sus bolas, causándole una sensación más allá de soportable, pero lo peor, era la humillación de saber que le estaban dando su merecido. El chico le quita sus pantalones, y deja al descubierto unos slips blancos muy ajustados, Daniel toma una jarra de agua y se la echa en sus calzones, el líquido pone al descubierto una gran erección de un abominable pene, el pene del delgado hombre era algo pocas veces visto, 25 cm de grueso falo, junto a unas exageradamente gordos testículos, que ya estaban rojos e hinchados, sobre todas las cosas, al jefe le excitaba mucho esta situación, el verse totalmente desposeído de su hombría.


-Veo que te gusta ser sometido – le dice Daniel, sonriendo maliciosamente.




Acto seguido baja el trasparente slip del varón, dejando a la vista el grandioso miembro, todavía erecto, el chico se lo mete en la boca, aunque solo puede con la mitad, comienza a girarlo dentro de su garganta, provocando que su jefe diera unos gemidos muy sensuales, acerca sus dedos al culo del hombre y comienza a dilatarlo, escupe desde arriba con una puntería impresionante, llenando de saliva el trasero de Gregory que se encuentra contra el suelo, el chico se saca su largo pene de 20 cm de su buzo negro y lo acerca al hoyo del excitado Gregory, introduce lentamente su pico por el ano, cogiéndose a su jefe, primero lentamente y cada vez más rápido, contra el frío suelo de la tienda, acerca su cara a la de él y lo besa, muerde fuertemente sus labios, y le acaba un gran chorro de semen dentro de su culo, saca el pene y se levanta, subiéndose el buzo.




-Ya sabes qué va a pasar si vuelves a desobedecerme – le dice cínicamente Daniel a su jefe, y le propina una fuerte patada en los desnudos huevos del hombre, este se los cubre mientras emite un ahogado AU!!!, se voltea, poniéndose de rodillas, lo que deja al descubierto su hoyo abierto y por el que gotea todavía semen, Daniel se agacha y le separa sus manos de la entrepierna, solo para observarlo en cuatro, con sus sudados testículos al aire y su culo abierto mirándolo, lo vuelve a patear desde atrás en sus bolas, y se va a cambiar, contento porque sabe que tendría trabajo seguro por un tiempo.

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