Dos varones iban caminando por la calle, era ya tarde de noche, venían muy borrachos, se les notaba, andaban tambaleándose a cada paso, hablando casi a gritos y riéndose en todo momento, llevaban una botella casi vacía de Ron en la mano, vivían por allí cerca, en uno de los departamentos de esa zona residencial, que en realidad, no era muy segura a esas horas, se habían escuchado casos de asaltos, pero estos dos tipos no se preocupaban por nada de eso, primero, por el grado de alcohol que llevaban encima, y segundo, porque ellos mismos eran violentos, y aunque no lo admitieran, machistas y homofóbicos.
Nano tenía 27 años, era algo bajo, 1.73 cm, muy blanco, y una cara realmente hermosa, sus ojos eran café claros, su sonrisa blanca y perfecta, su nariz refinada, su cuerpo era musculoso, piernas y culo grande y definido debido al rugby que practicaba desde la infancia, su cabello era negro y corto, hoy lo tapaba con una gorra, llevaba una camiseta amarilla brillante, y un short corto azul marino, que dejaba ver sus musculosos muslos y pantorillas, ambos brazos eran tatuados, así como parte de su pierna y pecho; su tatuador era su amigo que iba junto a él en ese preciso momento, Ender, de 29 años, tatuaba desde hacía algunos años, todo su cuerpo estaba tatuado, hasta su cara, tenía dos tatuajes pequeños que le adornaban su rostro, era más alto que Nano, 1.80 cm, moreno, cabello y ojos negros, tenía un cuerpo musculoso, aunque no se le notaba pues siempre llevaba ropa ancha, como esa noche, con una camiseta y monos deportivos bastante anchos y una gorra al estilo rapero, ambos eran fanáticos del rap, del fútbol y de las mujeres.
Pero ¿solo de las mujeres?, al menos para Nano, eso no estaba del todo claro, ya varias veces se había sorprendido a si mismo viendo como se bambaleaba el paquete de Ender a su lado, que debía ser tan grande que igual se marcaba a pesar de su ancha ropa, en algunas ocasiones había sentido cierta calentura leyendo sucesos terroríficos que le habían pasado a algunos homosexuales, con las mujeres era igual, Nano las disfrutaba en todo sentido, pero, siempre le había gustado imaginar violentar a una fémina. Ender, por su parte, odiaba a los homosexuales, sentía que los imbéciles estaban cortando su libertad de expresión, le daba asco cómo aparecían en todas partes, sentía que esa moda había llegado demasiado lejos, jamás imaginaría que su mejor amigo Nano, fácilmente le hubiera reventado el culo si hubiera podido.
Se acercaron a la licorería donde iban a recargar su alcohol e hicieron la fila, delante de ellos había un chico que debía ser de la misma altura de Ender, al menos 1.79, estaba bronceado, tenía el cabello negro, un poco largo y alborotado, usaba una camiseta rosada y unos pantalones ajustados negros, que dejaban ver un culo bastante apetecible, se veía menor, aunque en realidad tenía 27 años, estaba comprando licor, dos cervezas de litro y estaba a punto de pagar. Si bien el muchacho no era amanerado, Ender sí noto algunos movimientos extraños en sus manos, y cuando volteó, terminó de entender, en la polera del chico había estampada una bandera arcoíris con las palabras “proud`.
-Mira a este maricón – le dice Ender a Nano.
El chico se para en seco y los observa incrédulos.
-Disculpa, ¿Cómo me llamaste?- dijo Matías.
-Pues lo que te dijo mi amigo, es que eres un maricón, eres sordo o el semen ya te llegó a los oídos-responde Nano, y suelta una carcajada a la que Ender rápidamente se une.
-Mira, no quiero problemas – responde el chico- me tengo que ir – dice dando un paso hacia adelante, pero Nano lo empuja de nuevo adentro de la licorería.
-Cuando yo te hable, tú te callas, pedazo de marica – le dice Nano
-Los pendejos como tú están dañando esta sociedad imbécil – le dijo Ender, a quien el alcohol ya se le estaba subiendo a la cabeza junto con sus prejuicios
-¿Cómo te gusta que te metan un palo por el ojete degenerado?- le dice Nano tocando al pobre muchacho con el dedo en el pecho amenazadoramente.
-Los que dañan a la sociedad son los machos como tú, que nacieron en un sistema patriarcal al cual no quieren renunciar, si abrieras un poco tu...
Nano le da una bofetada al marica de Matías antes de que termine lo que estaba diciendo, este se queda en shock por un segundo, pero rápidamente levanta ambas botellas de cerveza que tenía en las manos, impactando fuertemente contra la entrepierna de ambos machitos, a la izquierda Enrique recibe un impacto que alcanza justo en el medio de sus dos testículos y además aplasta su pene contra su pelvis, las telas de sus anchos pantalones eran igual muy delicadas para proteger sus partes nobles, mientras tanto a Nano le va mucho peor, la botella se le rompe en las bolas, causándole un dolor terrible en las gónadas, al cual no puede aguantar y cae al suelo, sobándose sus testículos a través de su corto short, frunciendo el ceño y cerrando los ojos, como si se le estuvieran quemando.
Matías echa a correr, y Ender, pese a tener un dolor de bolas terrible, sabe que es su única oportunidad, sale corriendo detrás del chico, el tatuado macho tiene una furia incontenible que lo domina más allá del dolor, lo persigue por dos cuadras completas hasta que finalmente lo alcanza y lo acorrala contra una cerca que los separaba de un monte oscuro, agarra al marica por el pene y con su otra mano al cuello, asfixiándolo de dos maneras distintas, sube su rodilla y le propina varios rodillazos seguidos en las pelotas al pobre chico, dura así varios segundos, hasta que Nano los alcanza todavía sobándose las bolas.
-Esto no se queda así, te vamos a hacer mujer maricón de mierda – Le dice Nano gritándole a la cara, luego lo escupe y lo empuja.
Matías siente un dolor terrible, no puede creer que se encuentre en esta situación, hacía unas horas estaba en la marcha por el orgullo y ahora dos homofóbicos lo iban a castrar.
Al llegar al fondo del sitio, ponen a Matías sobre una roca, le quitan toda la ropa y lo dejan sentado encima de la roca, que para su mala suerte, era puntiaguda.
-Lo estás pasando bien imagino – le dice Ender, riéndose y dejando ver unos dientes amarillentos,
-Por favor hermano, hago lo que quieras- dice Matías
A esto Ender responde agarrándolo de las bolas y retorciéndoselas, Nano, quien está excitadísimo, toma por detrás los muslos de Matías y mientras Ender le hala los huevos, Nano le abre el ano para que la roca en la que estaba sentado se le incrustara mejor al maricón, luego de que esta entra, lo empuja desde los hombros hacia abajo, intentando penetrar al marica con esa enorme piedra, Matías grita y pide ayuda, Ender le suelta los testículos y le da dos fuertes golpes en la boca, finalmente se quita la camiseta ancha, dejando ver unos pectorales y abdomen bien marcados y definidos llenos de tatuajes, y cubre con la franelilla que se acababa de quitar la boca y nariz de Matías, este siente el olor a sudor, alcohol y marihuana del tatuador. Nano desde atrás casi no puede ocultar su erección ante tal situación; Ender toma por la cadera a Matías y se lo echa en los hombros, como un saco a uno de sus lados, mientras con la otra mano nalguea al maricón repetidamente, luego lo tira contra el piso, se para encima de su cabeza y se sienta en su cara, Matías huele una mezcla muy extraña de su propia sangre, sudor, alcohol y un culo ajeno allí tirado en el suelo. Nano se para encima de él y pisa fuertemente sus testículos desnudos que pasaron de ser morenos a un morado oscuro, su pene estaba flácido, se veía pequeño de esa manera, y más en comparación con las bolas hinchadas que estaban debajo.
-Vuelve mujer al marica – le dice Ender a Nano
Este lo mira, y obedece, toma una piedra que estaba en el suelo, se arrodilla y golpea con ella tantas veces al maricón en sus bolas que pierde la cuenta, para cuando termina, el testículos derecho de Matías había salido disparado, y el izquierdo era una masa gelatinosa sin forma, mientras que ya no se distinguía lo que antes había sido un pene, hacía rato que Matías se había desmayado del dolor, Ender se levanta, le quita su camiseta de la cara al chico y se la vuelve a poner. -¿Está muerto? - pregunta.
No- responde Nano . Todavía respira, pero si no lo encuentran probablemente lo hará-
Entre los dos levantan al activista gay y lo sacan del terreno, dejando un camino de sangre que emanaba de su entrepierna, lo dejan tirado en la cera y se van corriendo, es la primera vez que hacían algo así, pero no sería la última.
Comentarios
Publicar un comentario