Mercadeo no es una materia que suela ser la más interesante en el mundo para algunas personas, eso lo entendía Armando, un cuarentón que trabaja dando clases en la universidad estatal, pero tampoco para pasar toda la clase charlando y riendo mostrando una total falta de respeto, tal como hacían los cuatro idiotas al fondo del salón de clase, en realidad, todos sus compañeros estaban algo fastidiados ya de la actitud de estos cuatro payasos que siempre interrumpían para hacer preguntas inapropiadas, se burlaban en clases y no dejaban prestar atención a nadie, una conducta propia de adolescente, pero estos tipos, estaban lejos de serlo, de hecho eran de los mayores del aula, todos con más de 23 años.
Jesús era el más atractivo de todos, alto, con una sonrisa pícara, cabello rubio y corto, ojos marrones claros, blanco como la leche, y tenía fama de tener un pene monstruoso, que se aseguraba de mostrar siempre con sus shorts deportivos ajustados y vistosos, ese día llevaba unos aún más cortos de lo usual, amarillos con rojo, parte del uniforme de algún equipo, y una franela blanca ajustada, era el más marihuanero de los cuatro, buena persona, pero irresponsable, de risa fácil y bastante estúpido.
Ander era moreno, con un cuerpo extremadamente marcado por tanto ejercicio y jogging que hacía, cuadros en su abdomen, culo firme, brazos tonificados, y para rematar una cara hermosa con un mentón muy masculino y marcado, era una persona aventurera y libre, pero el único que intentaba poner atención a las clases de vez en cuando, ese día llevaba un blue jean ajustado y una camisa de cuadros.
Wally era el mayor, a sus 26 años seguía siendo un galán, era blanco con el cabello castaño y corto, delgado, un poco más bajo que sus compañeros pero con un abdomen tan marcado que parecía falso, era un poco psicópata, se rumoraba que había abusado de una compañera, el típico macho peleonero y abusivo, siempre vestía con el mismo short deportivo gris que dejaba ver su pene colgando para un lado y al otro, seguramente olía a semen, su camiseta es deportiva, negra y ajustada.
Por último estaba Luis, también bastante blanco, cabello negro, sonrisa hermosa, era un muy buen chico, solo que no tan concentrado en sus estudios, fanático del fútbol, ese día se llevo un buzo adidas muy ajustado como de portero, y su típica franela del equipo local.
Armando tenía cuarenta y tres años, si bien no era gordo, tampoco podía presumir un abdomen plano, mucho menos brazos tonificados, pero sí que tenía una cara atractiva y masculina, desde hacía semanas se había cansado de dar clases y de la vida en sí, ya no le importaba nada, solo satisfacer sus deseos, y estos cuatro idiotas, siempre burlándose e irrespetando su clase, eran los conejillos de india perfectos.
El profesor terminó la lección del día dejando una investigación para la casa y despidió a todos sus alumnos, todos menos a esos 4 varones alborotados del fondo.
-Pueden irse todos menos Jesús, Ander, Wally y Luis, necesito hablar en privado con ustedes, por favor.
Wally miró desde el fondo con una cara de odio, -otra vez este marica quiere darnos un discurso – pensó- miró hacia un lado en inconscientemente se sujeto el paquete así como hacen los machos como él; Fue solo por un segundo, pero que a Armando le alcanzó para echar un ojo y excitarse.
Jesús miró a los muchachos y se rio, tenía los ojos rojos como siempre, fue el primero en levantarse y acercarse al profesor, mientras se sentaba cerca de él, los otros tipos igual se acercaron.
-Profesor, discúlpenos por las molestias de hoy, solo hablábamos sobre el trabajo investigativo de otra materia – dijo Ander, quien al acercarse dejó oler un perfume muy varonil y fuerte.
Jesús se rio aún más fuerte, lo que hizo que sus tres compañeros lo miraran enojados.
-Hoy no estoy aquí para retarlos, ni mucho menos, jóvenes, hoy lo intentaré de una manera diferente, quiero que entiendan que yo igual puedo ser alguien de confianza, tanto así, que he decidido que hablemos un rato y nos tomemos unas cervezas, sí aquí mismo.
-Pero profesor, nos pueden expulsar por algo así – respondió Luis sorprendido, el profesor lo miró y aprovechó para vislumbrar el paquete que se marcaba debajo de su buzo apretado y maloliente, estaba claro que él y Wally habían jugado un partido antes de entrar a clases, pues ambos tenían un hedor a macho fuerte, mezclado con sudor y virilidad, Jesús por otro lado solo hedía a droga.
-No se preocupen, esta aula está bastante alejada de todos, a esta hora, en este piso no se ve ningún otro curso, además, las puertas se pueden cerrar, ¿me harías el favor?- le dice el profesor a Luis señalando la puerta.- Este se voltea y camina hacia ella, dejando ver un culo gigante de futbolista que el buzo de árbitro a penas podía sostener sin explotar, cierra la puerta con seguro, y se regresa.
-Ok, espérenme un segundo- dice Armando
En un movimiento digno de un mago, saca de su bolso cinco latas de cerveza y las destapa, pasándosela a los muchachos, guardando la última para sí, estos miran asombrados y se ríen.
-Salud- dicen todos, y toman un sorbo.
….
La conversación va muy a mena, Luis solo quería hablar de fútbol y Wally de mujeres a las que se había cogido, todos ríen, pero algo no anda bien, Jesús de repente se pone muy amarillo y se queda inmóvil en su asiento.
-No me siento muy bien- dice Ander- se intenta levantar de la silla y cae al suelo.
-¿Qué sucede?- pregunta Luis
-No lo sé. Jesús ayúdame a levantar a este wueon, creo que le dio la pálida, sabes que no es bueno para fumar como tú, ¿Jesús?- Wally a penas se da cuenta que Jesús está inmóvil en su silla con los ojos abiertos mirando al techo y riendo.
-Yo tampoco me siento bien-dice luis – mientras pone su cabeza contra el escritorio del profesor, todavía sentado en su silla
-¿Que wueada nos hiciste, maricón de mierda?- Wally mira al profesor Armando con una cara de odio nada normal, y se va contra este con una furia desmedida, sin embargo, Armando solo tuvo que mover su mano tranquilamente hacia los testículos de Wally, a quien su pantalón deportivo no le protegía nada, Armando cerró su puño con todas sus fuerzas, apretando los testículos del macho veinteañero, este ya sin fuerza solo puede mirar con un odio terrible como su profesor aprieta cada vez más fuerte, si bien su cuerpo no reacciona, el dolor que siente es igual que siempre, en su mente recuerda la vez que abusó de su compañera en la fiesta, y pensó en lo irónica que es la vida, fue lo último que supo antes de perder el conocimiento por una patada en las bolas que le dio su profesor.
…..
Armando deja caer a Wally al suelo y observa la escena, los cuatro machos totalmente indefensos, drogados y a su merced, esas bebidas espirituosas que le habían vendido por internet realmente funcionaron, ellos no estaban del todo inconscientes, podían sentir, solamente que no podían reaccionar, su voluntad no se los permitía.
Se acercó a Jesús, el rubio alto con shorts apretados, sentado en su silla con las piernas abiertas, los brazos extendidos y los ojos rojos marihuaneados, armando levanta su pie y pisa sus genitales contra la silla una y otra vez, mientras con sus manos aprieta las tetillas del drogado joven, le planta un beso en sus labios carnosos, luego le quita la camiseta, le aprieta aún más fuerte sus tetillas mientras él hace ruidos muy suaves que parece gemidos, mete su mano por debajo del short, a través de su muslo, y sujeta la punta del pene de este semental, no lo podía creer, aún agachado debía medir al menos 16 cm, aprieta su glande fuertemente y lo pajea por unos minutos, sintiendo el líquido prese minal que emana, ya después se volteó.
Camina hacia Ander, tirado en el suelo boca abajo, le planta un puntapié en su entrepierna con todas sus fuerzas, y luego se sube encima de él, caminando por todo su trasero, espalda y hasta pisándole la cabeza, luego se baja, se agacha y lo voltea para mirarlo de frente, le vuelve a plantar un puntapié en sus testículos a través del ajustado blue jean y lo levanta con todas sus fuerzas del suelo, poniéndolo sobre su escritorio, al lado de Luis, lo recuesta sobre su pecho mientras sus piernas tocan el piso, le baja el blue jean y la ropa interior blanca que tenía, dejándolo ahí indefenso, con el culo moreno y definido al aire.
A Luis el futbolista igual lo levanta de la silla y termina de recostarlo igual a su compañero sobre el escritorio, iba a bajarle los pantalones pero no se pudo resistir, ese buzo negro ajustado de portero marcaba un culo muy duro, Armando se agacha y empieza a olerle el ano sudado de este macho que recién había jugado un partido, el olor que emana su ropa deportiva es muy fuerte, una mezcla de colonia, sudor, culo y testosterona, Armando lo huele por al menos 10 minutos antes de dejarlo en paz, para finalmente darle una patada en el trasero que alcanza al chico justo en su hoyo, este sufrió un dolor terrible al que a penas pudo responder con un gemido y una pequeña sacudida. Armando se caga de la risa, le baja el buzo deportivo también a Luis quien deja ver un culo blanco como la leche, grande y redondo, se aleja un segundo, con todas sus fuerzas levanta a Jesús y lo pone en la misma posición de sus dos compañeros, le baja el short y los deja a los tres allí por un minuto, 3 machos dominados, tumbados sobre un escritorio y con las pompas al aire: a la izquierda el culo más bien pequeño del alto Jesús, en el medio el culo moreno de Ander y a la derecha el culo gigante y definido de Luis, Armando se acerca y le chupa el hoyo a Jesús de una forma muy erótica, dando vueltas a la lengua en ese hueco cerrado y virgen, con pequeños pelitos rubios; hace lo mismo con el moreno de Ander y con Luis, se turna para chuparles el culo a los tres jóvenes, mientras le mete dedo a los otros dos, cambiándose cada cierto tiempo, nalgueándolos y dándoles fuerte golpes en sus testículos. Cuando ya los tres tienen las nalgas rojas y las bolas moradas, Armando se baja su pantalón, deja ver un pene enorme de al menos 20 cm empalmado y se acerca a Luis, lo penetra con toda sus fuerzas, al principio lo mete fácil gracias a la saliva, pero entre más se adentra, más fuerza tiene que hacer Armando para romper el culo de este hetero fanático del fútbol, justo antes de acabar lo saca y se mueve hacia Ander, el negro definido, a este también alcanza a meterle el pene hasta el fondo del ano, rompiéndoselo por dentro, sabiéndose incapaz de seguir por mucho más tiempo, Armando toma con su mano izquierda los testículos de Jesús el fumado y con la derecha los de Luis el deportista y los aprieta mientras penetra a Ander como un caballo en celo, acabándole adentro. Saca su polla de ese culo negro ex virgen y observa como le sale un chorro de semén, entonces voltea hacia Wally
-No creas que me he olvidado de
ti-
dice el profesor, se acerca al macho violento que ya volvió a
recuperar el conocimiento, todavía alcanza a mirarlo con odio pero
sin poderse mover, lo levanta y arrastra hacia sus compañeros, y
restriega su cara contra el culo de estos uno por uno, haciéndole
oler traseros de varones por primera vez en su vida. Armando ríe le
saca la nariz del trasero de Jesús, voltea a verlo.
-Por cierto, la chica que violaste, es mi hermana- le dice Armando al macho de Wally, lo empuja contra el suelo solo para luego levantarlo agarrándolo de sus partes a través del buzo gris hediondo a puro semen, lo arrastra por el salón agarrándolo del pene, lo suelta unos metros más allá, y despiadadamente comienza a pisarle la entrepierna, le baja el buzo solo para observar una masa de carne morada y roja donde antes habían unos testículos, toma su pene, lo chupa un rato, para este entonces su propio miembro ya se había vuelto a levantar, se arrodilla y como puede le sube las piernas a Willy, abre con sus manos sus nalgas y mete 20 cm de carne por el orto al maldito acosador de Wally, destruyéndole su ano por dentro, acaba de nuevo, y ahora más relajado, arrastra a Wally hasta donde sus compañeros y lo pone en la misma posición, toma su celular y captura una foto de los cuatro alumnos irresponsables contra el escritorio, los pantalones abajo, y sus anos y bolas destruidas.
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