Las competencias de natación del año pasado fueron bastante reñidas, los niños, niñas y adolescentes que participaron en ellas dieron lo mejor de sí tanto en las pruebas individuales como en las grupales, sin embargo, solo podría haber un ganador, el club Mariposa se llevó la copa anual de la XV organización anual, llevándose el gran trofeo a su ciudad, pero esto no hizo ninguna gracia a Román, el entrenador del club Latino de Natación, un hombre de 48 años, con el cabello negro marcado con algunas entradas, una cara que recordaba a un águila, por sus prominentes cejas negras, ojos oscuros y nariz alargada, lo cual le daba un cierto atractivo, medía 1.74 mts, con una ancha espalda que conservaba de sus años de natación, aunque estaba un poco fuera de forma ahora, siempre usaba un mono deportivo negro ancho, junto con una chaqueta del club de su equipo de natación amarilla. Él era bastante competitivo, y siempre le exigía solo su mayor esfuerzo a sus alumnos. En esa ocasión estaba especialmente enojado pues su carta bajo la manga había fallado, Axel, su nadador estrella, al cual había entrenado personalizadamente durante más de 8 meses, había sido vencido, perdió por uno cuántos segundos de diferencia en contra de Simón, y al mismo tiempo haciendo perder al club por solo unos cuantos puntos el puesto principal.
Axel tenía 18 años, medía 1.76 mts, era delgado pero muy definido, tenía una espalda muy ancha, cuadros marcados, brazos y muslos musculosos, y un trasero más bien pequeño aunque bastante levantado, su cara era cuadrada, con unos ojos café oscuro pequeños, y su cabello muy corto negro y rizado, debido a la natación estaba casi totalmente lampiño, él era un chico muy animado, extrovertido y cómico, siempre el que más resaltaba entre sus compañeros, pero también al ser el mejor del equipo estaba bajo una constante presión de mejorar sus tiempos y ganar todo. Por lo que sabía qué significaba haber perdido esta importante competencia.
Pasaron 3 días de descanso donde Román no vio a ninguno de sus alumnos, para el Miércoles cuando reanudaron las clases de natación, asistió al club Latino como todos los días, terminó todas las clases y se fue a su casa, un hogar mas bien modesto con un detalle importante: una gran piscina de 50 metros donde entrenaba personalizadamente a los mejores deportistas. Ese día Axel llegó a las 6 pm como siempre, su madre lo dejó en la entrada y le prometió regresar por él dos horas después, el chico se despidió de ella y entró al hogar de su entrenador. Lo encontró ya en la piscina, llevaba su acostumbrada vestimenta deportiva, con la chaqueta amarilla, le hizo señas para que se acercara.
-Me decepcionaste enormemente – le dijo Román al joven a penas estuvo lo suficientemente cerca para que lo oyera.
-Lo siento profesor, al momento de lanzarme a la piscina casi resbalo, lo que frenó un poco mi salto. - respondió Axel mirándolo seriamente- pero véalo por el lado bueno, mejoré todas mis marcas – terminó con una sonrisa y levantando ambos pulgares hacia su profesor.
-Eso no es suficiente, Axel, tienes la capacidad de ser el mejor, pero no si sigues cometiendo errores, sabes lo que debemos hacer ahora – le dijo el cuarentón bajando la mirada.
Axel respiró hondo, se quito su ropa, y quedo exclusivamente con su traje de baño negro speedo, que dejaba ver sus nalgas redondeadas definidas, y sus muslos fuertes, el bulto que se marcaba por delante se veía apretado, pero su pene estaba completamente flácido por dentro. Román se sentó en el carril número 3 de su piscina, Axel se acercó y se acostó sobre las piernas del profesor, con los brazos tocando el piso y su trasero encima de la rodilla del profesor, mientras sus piernas caían al otro lado, formando una U invertida, el entrenador comenzó a nalguear al muchacho suavemente, dando pequeñas palmadas en las nalgas del nadador, quien daba gemidos cada cierto tiempo en respuesta de los golpes a sus gluteos, el profesor luego intensificó la fuerza con la que nalgueaba al joven, haciendo que este dejara escapar un AH cada vez que las manos tocaban sus ahora rojas pompas, aunque eso no se notaba completamente, pues todavía tenía su traje de baño puesto, el profesor entonces comenzo a dar pequeñas palmadas en el centro del culo de Axel, justamente en su hoyo, dio 5 de estas palmadas una más fuerte que la anterior, para la quinta la palma del señor impactó tan fuertemente contra el hoyo de este que el chico grito, se sacudió y casi se cae de las piernas de Roman.
-Por favor profesor, deténgase – chillaba el chico
-Sabes que cuando fallas, hay consecuencias, es la única forma de mejorar – le respondió el profesor con cejas pobladas.
Luego agarra el bulto del chico por debajo, apretando sus testículos, deformando el negro speedo con sus dedos, las bolas del chico eran impresionantemente gordas y sensitivas, eso ya lo sabía el entrenador, con su otra mano tapaba la boca del chico, para que los gritos no sonaran, apretó por varios segundos con mucha fuerza los huevos del nadador, luego las soltó y empezó a dar palmadas como había hecho con su hoyo, el chico lloraba, ya sus bolas estaban tan inflamadas que sobresalían por debajo del traje de baño, Román se lo baja, dejando al dieciochoañero desnudo acostado en su regazo, comienza a nalguearlo con una sola mano, mientras con la otra sigue apretando sus testículos, las nalgadas las alterna entre las nalgas derecha e izquierda y a veces en el centro, justo en el hueco de su culo, estas eran las más dolorosas.
Roman levanta al chico, el cual a penas se puede sostener de pies, lo para justo al frente de la piscina, se pone detrás de él, le da una patada por detrás en la entrepierna, lo que hace caer al chico a la alberca, justo en una de las carrileras, su entrepierna impacta contra el plástico y queda allí sentado, mientras que sus piernas están sumergidas en el agua, el chico se cubre su pene y bolas con la mano casi llorando; El entrenador se quita toda la ropa, dejando ver un pecho y piernas extremadamente peludas, tiene el traje de baño del chico en la mano, se lo acerca a su nariz y huele el olor a cloro, sudor y miembro juvenil que emanaba, esto es como droga para él, se baja también su ropa interior y deja ver un pene gigante y gordo de 20 cm, peludo con vellos gruesos y oscuros, se lanza a la piscina, se pone al lado del adolorido chico, quien sigue sentado en la carrilera. Román se sumerge y hala ambas piernas de Axel hacia abajo, causando que su pene se enredara entre la separación entre los plásticos que conformaban las carrileras, causándole un dolor terrible, mientras sus bolas se aplastaban, finalmente se cae hacia un lado, sumergiéndose en el agua. Su Entrenador nada por debajo del agua hacia él y lo sujeta por los brazos con una mano, abre sus nalgas con la otra y lo penetra debajo del agua con su erecto pene gordo, causándole un sangrado por el recto del pequeño chico, quien casi se ahoga, logra sacar su cara del agua y toma una bocanada honda de aire, al igual que su profesor, pero este último vuelve a sumergirse al instante, toma por debajo del agua los flotantes huevos del chico y hala hacia abajo, obligando al chico a adentrase de nuevo en el líquido, lo abraza y le da un beso en la boca debajo del agua, uniendo su cuerpo ancho y peludo con el del delgado muchacho casi lampiño, Axel vuelve a sacar su cara del agua, pero su profesor, demostrando un aguate de respiración magistral, se acerca por debajo, se mete el pene del chico en la boca y comienza a mamarlo sensualmente, el miembro se levanta, dejando la boca del hombre con 19 cm de falo adentro, la cara del chico por encima del agua es de placer, hace muecas extrañas, de machito que no puede controlar un sentimiento, y finalmente acaba, llenando la garganta del entrenador de leche, una parte del semen queda flotando en el agua.
El resto del entrenamiento fue un poco más normal, luego de descansar por 20 minutos sobándose las bolas que ya estaban 3 veces de su tamaño original, el entrenador obliga al chico a ponerse su traje de baño y volver al agua, le pide que nade varias series, tomándole el tiempo, con una particularidad, cada vez que el chico se tomaba más de 29 segundos en completar la piscina, debía salir del agua, y Román lo pateaba fuertemente en su bulto, levantándolo algunos centímetros del suelo y tumbándolo de vuelta a la alberca, solamente dos piscinas pudo hacer el chico sin recibir el impacto del pie contra sus bolas, pues cada vez se le hacía más difícil cumplir con el objetivo por el constante dolor que le recordaba lo débil que era su sexo, para cuando terminó, sus bolas y pene estaban completamente morados.
-Creo que por hoy estamos bien – dijo Román- nos vemos mañana, y recuerda, es muy importante que cumplas con los tiempos.
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